Desde su interior, un narrador saluda sin poder identificarlo: ¡Bienvenidos, audaces residentes y turistas, a nuestro emocionante recorrido por la famosa Mansión Embrujada de Ushuaia, un testimonio de la arquitectura decadente que instala la moda del espanto en plena ciudad!
El entorno muestra lo peor de lo que somos capaces de hacer con la localidad en donde vivimos: Ventanas sucias y rotas, puertas tenebrosas y la oscuridad total dentro de un edificio que solo expresa incertidumbre y perturbación en su interior.
Los guías explican a los turistas: ¨Aquí nos encontramos ante lo que muchos llaman el «epicentro paranormal del fin del mundo», pero que los locales conocen simplemente como «la Mansión Embrujada del Fin del Mundo».
¨Esta edificación en estado de abandono guarda en su interior los registros más atroces de la historia de la localidad¨, le narran a los visitantes de los lugares más exóticos del planeta, mientras turistas oriundos de Yokohama no dejan de tomar imágenes con sus cámaras de última generación.
Esta edificación majestuosa solo se reduce a paredes cubiertas de moho y graffitis, merced al imperio de las almas atormentadas que se apoderaron del lugar.
Según cuentan, otros creen que es simplemente es una excelente muestra de todo lo malo que se puede hacer en una ciudad, gracias a la decidía anónima de quienes no hacen ni dejan hacer.
Dicen que, en las noches de luna llena, en la planta superior, que alguna vez pudo albergar glamorosos eventos… ahora solo funciona un espacio que oficia de anfitrión de telarañas y resulta ser el lugar ideal para la mayor madriguera de roedores de Ushuaia.
Así concluye nuestro recorrido por este enigmatográfico monumento al misterio, donde la única razón verdaderamente aterradora es cómo este edificio público aún aguanta valor sin desarrollar. Quedará como un recordatorio de lo que una sobreabundancia de imaginación y falta de soluciones pueden crear.
¡Nos veremos otra vez, en la próxima absurda y terrorífica aventura de registrar cómo vamos naturalizando cosas que nunca debimos normalizar!